Siempre que paso frente a los anaqueles de los supermercados o a los mostradores de vendedores en zonas rurales, los cuales muestran una hilera de frascos de miel, me detengo unos momentos a apreciar su color y a saber de qué flores llevan el sabor. Pero, más que otra cosa, me detengo con profunda admiración y agradecimiento frente a la labor verdaderamente titánica de estos maravillosos insectos, cuyo producto de trabajo --la miel y el polen que transportan en sus paticas-- contienen el milagro de la polinización de las plantas y todos los nutrientes necesarios para la supervivencia humana.
Más asombroso aún es saber que para producir apenas unas gotas de miel, una abeja (Apis mellifera) tiene que visitar entre 50 y 100 flores (y no todas tienen miel) en un solo viaje, antes de regresar con su preciosa carga a la colmena. Su promedio de vida --la que pasa en constante actividad-- es de unas seis semanas, y en todo ese tiempo sólo llega a cosechar
Para producir una libra de miel, 556 abejas trabajadoras deben salir a libar el néctar de más de dos millones de flores, desde las más pequeñas e inconspicuas florecillas silvestres, hasta las más lindas y ostentosas, y volar un total de
La distancia de los viajes varía de acuerdo con la localidad de las flores y las colmenas, y la cantidad de néctar que se puede extraer de ellas. Como promedio, esos viajes son a unas tres millas de la colmena, cubriendo unos
Aparte de producir este nutritivo alimento, la abeja melífera es un insecto esencial para el bienestar y la supervivencia de la humanidad por su papel vital en la polinización y fertilización de innumerables especies de plantas de las que el hombre y otros animales dependen directa o indirectamente para su alimento. Esto incluye no sólo frutas y legumbres, sino el propio ganado vacuno (productor de leche y carne) en muchas partes del planeta, que se alimenta del forraje de los campos, incluyendo cereales, todos los cuales deben de ser polinizados por las abejas.
Dicho lo anterior, es importante mencionar que, en años recientes, ha estado ocurriendo un fenómeno (que los apicultores llaman colony collapse disorder) en muchas partes del mundo, en que las abejas están desapareciendo abruptamente. El número de colmenas en EE.UU cayó un 32 por ciento en el 2007; 36 por ciento en el 2008, y 39 por ciento en el 2009. Se han buscado varias explicaciones, pero las investigaciones apuntan cada vez más hacia un tipo de pesticidas muy tóxicos: los neocotinoides.
TENEMOS QUE REPLANTEAR LA AGRICULTRA PORQUE LOS INSECTICIDAS, PESTICIDAS Y DEMAS QUIMICOS ESTAN ACABANDO CON LAS ESPECIES
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