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EL BAILE ANTES Y DESPUÉS DEL EMBARAZO



Hay movimientos que puede ser perjudiciales, si no hay un control adecuado o una orientación por parte de un entrenador físico.
 
Uno de los principales aspectos que los especialistas evalúan en las consultas preconcepcionales es el peso de las futuras madres; por eso, cuando se encuentran con unos kilos de más, la recomendación es que lleven una dieta adecuada y hagan ejercicio para que su cuerpo se prepare para el embarazo y el parto.

Actualmente, el baile es una de las opciones más solicitadas por las  mujeres. Ellas lo prefieren porque se trata de un modo de hacer ejercicio en el que no están obligadas a hacer una y otra vez el mismo movimiento, sino que tienen la guía de un bailarín, que adopta el rol de instructor, con lo que el entrenamiento se vuelve integral.

El baile ayuda a estilizar, tonificar el cuerpo, porque “es un ejercicio completo y de movimientos sincronizados que involucra cada uno de los músculos del cuerpo”.

Los beneficios del baile
• Mantiene en buena condición el sistema cardiovascular.
• Hay un trabajo intenso de las piernas y pelvis.
• Tonifica y fortalece múltiples áreas del cuerpo.
• Ayuda a relajar, a liberar las tensiones y la ansiedad por embarazarse, pues se entretienen, divierten y emocionan.
• Permite que se concentren en sí mismas, que se desconecten del resto del mundo y se desestresen, mientras aprenden a bailar.
• Los cambios y variaciones de ritmos musicales hacen necesario que la madre lleve los ritmos sin fatigarse; de ese modo, aprende a controlar y a dirigir su respiración (inhalar y exhalar), lo que tendrá una repercusión favorable en el parto.

Las precauciones
El coreógrafo sostiene que después de que las mujeres que optan por el baile para acondicionar su cuerpo antes de la gestación, obtienen los resultados que buscan y quedan en embarazo, deben pedir la autorización del médico tratante para que él les diga si es favorable que continúen con esta actividad durante la gestación o si, por el contrario, deben suspenderla.

Esto, teniendo en cuenta que hay bailes con movimientos fuertes y de mucha vibración, que en los primeros meses, mientras el embrión se implanta bien en el útero de la madre, pueden ser contraproducentes; por eso, requieren la autorización del médico. Sin embargo, ello no implica que tengan que dejar de bailar del todo; por el contrario, pueden llevar a cabo rutinas de desplazamiento, de coordinación y de tonificación muscular, pero dirigidas.

Durante la gestación
Hay danzas, sobre todo las folclóricas, que deben ser muy controladas en las embarazadas, pues pueden tener movimientos dañinos. En ese sentido, el coreógrafo explica que cuando una de sus alumnas decide practicar el baile durante la gestación, él se encarga de tomar los teléfonos de un familiar y del médico tratante, en caso de que se presente alguna circunstancia que requiera la presencia o la supervisión de uno de ellos. “Hay algunas mujeres que insisten tanto en mantener el peso adecuado en el embarazo que continúan bailando sin reparos e irresponsablemente, así que nos aseguramos de que tengan la autorización de los especialistas para poderlo hacer; por eso, siempre tenemos sus teléfonos y cuando los llamamos, ellos mismos suelen hacer algunas recomendaciones para que la actividad física sea perfectamente saludable. También ha sucedido que el médico recomienda que no tengan ninguna actividad física durante algunos meses.

Aun si el especialista está de acuerdo con que se realice esta actividad física durante el embarazo, la academia lleva un registro de las gestantes, para que los instructores tengan presente cuál es la intensidad del ejercicio que han tenido a lo largo del tiempo que llevan practicándolo.

De ese modo, les organizan rutinas de baile de acuerdo con la edad gestacional. Igualmente, si hay varias gestantes en la academia, les organizan un grupo para ellas solamente. Si esto no es posible, durante las clases, los instructores las ubican en un lugar especial del salón para que hagan la misma clase que las demás, pero indicándoles alternativas para que hagan ciertos movimientos con mucha más suavidad.

“Con las mujeres embarazadas llevamos rutinas con movimientos controlados, para que puedan hacer ejercicio y bailar a gusto, sin poner en riesgo su bienestar ni el del bebé”.

Después del parto
El baile también puede ser benéfico después de que las mujeres han dado a luz, pues, según el coreógrafo, “con esta actividad física se pierde grasa y los movimientos pélvicos permiten que los músculos vuelvan a su lugar”.

Además, para las que han llevado una rutina de este ejercicio desde el embarazo, posiblemente no les será tan difícil recuperar la línea, porque la costumbre les ayuda a retomar las prácticas y no tener que empezar de cero cuando regresan a la actividad física habitual.

En el posparto, también pueden emplear bandas elásticas, que ayudan a tonificar sin aumentar fibra muscular, porque utilizan su propia fuerza y conservan la silueta femenina.

Con buen ritmo desde el vientre
Aunque no hay una evidencia científica al respecto, se dice que los niños cuyas madres bailan en la gestación adquieren un buen ritmo para bailar, que se verá reflejado en la adolescencia y la adultez. De ahí el dicho según el cual no hay un latino que no baile bien...

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