Hay
que formar gerentes seguros, con visión global y confianza en sus decisiones,
capaces de entender el fracaso como posibilidad de progreso; directivos con
“cancha” para visionar y competir.
No
son las especies más inteligentes, ni las más fuertes las que sobreviven, sino
aquellas capaces de adaptarse al cambio en el entorno.
Esa máxima aplica y ha aplicado por analogía para el
mundo empresarial.
Paradójicamente, en un entorno de negocios en el que la única constante es
el cambio, la forma en la cual la mayoría de los gerentes y
emprendedores se preparan para competir es la misma desde hace 40 años.
Para la muestra, tres tendencias de cambio que definen el entorno de
negocios actual:
Competencia
globalizada: sombreros “vueltiaos” fabricados y exportados desde China;
la industria del conocimiento y las nuevas tecnologías desplazando el concepto
de industria tradicional: “Sascha Barboza” tiene más seguidores conectados 7*24
en su cuenta de Instagram -con inversión cero- que la mayoría de oyentes que
tienen las principales cadenas de radio de nuestro país y finalmente la
velocidad con la que se genera ese cambio.
¿Cuánto
tiempo le tomó a Tappsi o Easy Taxi cambiar las reglas de juego de la industria
de los taxis a domicilio?
Faryd Mondragón afirmaba en una entrevista radial que la
selección Colombia que jugó en el reciente Mundial de Fútbol Brasil 2014 es mucho mejor que la selección
de 1994, no por la calidad de los jugadores sino por la cancha que estos tienen.
Han aprovechado la oportunidad de entrenarse, aprender de sus errores y
enfrentarse con los mejores jugadores del mundo en diferentes escenarios.
¿Cómo llevar esa respuesta de Mondragón al mundo
empresarial?
Utilizando
la frase de inicio de este artículo, hay que abrazar la creatividad y
permitirle a los empresarios y gerentes en Colombia complementar el proceso de
educación gerencial llevando la teoría a la práctica, solucionando problemas reales
con la orientación de empresarios y gerentes con vasta experiencia en el
mundo empresarial, en espacios reales como oficinas modernas, clubes sociales,
restaurantes, ruedas de negocios, museos, catas de vino, campos de golf, entre
otras.
La
idea es clara: formar gerentes más seguros, con visión global y confianza en
sus decisiones, gerentes capaces de entender el fracaso como una posibilidad de
progreso; gerentes con “más cancha” y experiencia para visionar y
competir en un mundo globalizado.
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