“Sabiamente, y lentamente.
Tropiezan aquellos que corren rápido” – William Shakespeare
¿Cuántas veces has hecho cambios en tu vida de manera apresurada? – Un
cambio de hábito, aprender algo nuevo – ¿sólo para que luego sea un fracaso?
No es solamente el síndrome de los propósitos de Año Nuevo – pasa tan
seguido durante todo el año que nos quedamos sin energía o sin ganas, y nos
damos por vencidos.
Pero aquí está el secreto “ve despacio.
Este pequeño cambio tiene más poder que el que la gente se imagina. Te ayudará a aprender cualquier
habilidad, desde artes marciales, pasando por el arte, hasta informática. Te
ayudará a formar hábitos que sean de larga duración. Ir más despacio te
ayudará a ser más efectivo e, irónicamente, a conseguir tus objetivos más
rápido.
Si alguna vez intentaste hacer Thai Chi (o Taijiquan), famoso por su
serie de poses y movimientos lentos, has sentido el poder de la lentitud.
Cuanto más lento vayas en el Thai Chi mejor, por muchas razones. El perfeccionamiento de los
movimientos es uno de los efectos de esta lentitud. Además, tu cuerpo se
adapta, formando una memoria muscular que durará hasta el momento en que
decidas -si es que lo haces- hacer los movimientos de forma más rápida.
Es como si tu mente y tu cuerpo
estuvieran formando una conexión, o se estuvieran poniendo en sintonía a través
de la repetición continuada de los movimientos. Si te mueves rápido, serás
irregular, y la conexión será más difícil de establecer. Si te mueves lento,
puedes aprender a moverte exactamente en la misma sintonía, de una forma más
precisa, y la conexión se formará.
Una vez que esa conexión esté formada, se vuelve más fácil. Ahora es un
hábito, una memoria inconsciente y automática.
De esto se trata la formación de hábitos, y casi siempre
se hace sin pensar. Cuando estamos en el coche, conduciendo para ir a casa, nuestras mentes
suelen estar en otra cosa, pero igual hacemos los movimientos correctos para
llegar….esto es un hábito,
esto es nuestro cuerpo y nuestra mente yendo en sintonía. Sintonía que hemos formado por
haber realizado esta acción tantas veces antes.
Esta conexión o sintonía entre
cuerpo y mente se forma mejor si vamos despacio, al menos al principio.
Esto se aplica a todo: al ejercicio, a comer saludablemente, a crear
arte, a ser un padre paciente, a la carpintería, a la lectura. La lentitud es el secreto de que
el cambio sea duradero.
Además de ayudar a formar esta
conexión o sintonía, aquí van otras razones de porqué la lentitud funciona:
1. Plenitud de mente. Cuando haces algo
despacio, puedes prestar más atención a lo que estás haciendo. Yo te recomiendo
enormemente que cuando
realices cambios en tu vida, los hagas con plenitud de mente, con una
concentración total. Este aumento de la conciencia es necesario al
principio, cuando aún estás formando esta conexión. Más adelante, será algo automático, pero al
principio es cualquier cosa menos automático. Necesitas prestar atención, y esto lo haces mejor cuando
vas lento.
2. Dosifícate. Dosificarnos a
nosotros mismos es muchas veces considerado algo negativo, pero no lo es. Es lo
mejor que podemos hacer si queremos que los cambios sean duraderos. Cuando comenzamos un cambio
nuevo, casi siempre estamos llenos de entusiasmo. Pero luego vamos y
utilizamos todo ese entusiasmo y se nos acaba la motivación, la energía, o algo
nos distrae. Pero cuando pones freno, incrementas ese entusiasmo y lo puedes
mantener por más tiempo – a lo largo de ese terrorífico período de 2 a 3 semanas que es cuando las
personas suelen renunciar. Así que aunque quieras correr 3 millas,
comienza caminando y después corre y camina (en intervalos), y sólo haz una milla o algo así.
Querrás hacer más, pero ponte freno. Guarda ese entusiasmo para la próxima vez.
3. Apréndelo bien. Aprender algo
lentamente significa que puedes
aprender a hacerlo correctamente, sin ser irregular, y luego, cuando se
vuelva natural para ti, lo harás de la manera correcta, lo harás bien. La
importancia de hacer algo bien y lentamente es obvia en las artes marciales por
ejemplo, pero esto también es cierto para cualquier otra actividad física. Y todas las actividades son
físicas (y mentales).
4. Aumenta la concentración. Cuando haces algo
lentamente, tiendes a hacer sólo una cosa. Es difícil hacer varias cosas a la vez, y a su vez hacer
las cosas lentamente– esta combinación no funciona. Cuando realizas una
sola tarea, te puedes concentrar en lugar de estar siempre distraído. Esto
lleva a un aumento de la eficiencia.
5. Calma. La lentitud es calma.
La rapidez es ajetreo. Ve lento para deshacerte del caos, y encuentra la paz.
“Tranquilícense todos. Se están
moviendo demasiado rápido.” Jack Johnson
NOTA: NO ES TANTO HACERLO
LENTAMENTE, SINO QUE SE TRATA DE PONER LA MENTE Y EL CUERPO EN EL MISMO RITMO,
EN LA MISMA SINTONÍA.
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